¿Quieres Tener Una Buena Idea? Ve Al Baño.

¡Neuronas para tu Finde!​

Sabiduría científica para inspirar y crecer tu mente. Porque sólo cuando crece tu Mente, crece tu Empresa.

 

¿Quieres Tener Una Buena Idea? Ve Al Baño.

Si tienes una idea en formación, una reflexión inconclusa, o necesitas inspiración, ve al baño. Ir al baño, resulta ser como atravesar un portal cognitivo que te lleva a observar desde otras perspectivas los pensamientos que en la otra habitación concebiste.

De hecho, el profesor Gabriel Radvansky de la Universidad de Notre Dame descubrió que el caminar entre puertas de entradas a otras habitaciones o lugares produce un divisor o clasificador mental de eventos, lo que hace que se divida nuestra experiencia desde el punto de vista inconsciente. 

El acto de pasar por una puerta de entrada causa una compartimentalización de la tarea en tu mente que te hace olvidar la razón por que originalmente decidiste desplazarte. “¿Para qué demonios fue que vine a la cocina?”, te sueles preguntar después de salir de tu habitación mientras te rascas la cabeza. Es la magia de lo que los espacios físicos hacen en nuestro cerebro. Y eso es un efecto metafórico también, por supuesto: las puertas de entrada las percibimos como divisores mentales de eventos. Eso también hace que nuestros pensamientos se dividan y cambien de perspectiva. 

Además de esa compartimentalización, es cierto que cambiar la actividad que llevas haciendo por horas o que hace parte de una rutina, rompe tu patrón cognitivo. No todo el día nos está cayendo agua en la cabeza (bañarnos) y sólo unas pocas veces al día nos vemos al espejo o nos bajamos los pantalones en el baño. De modo que al romper el patrón también se rompe la cadena tradicional de pensamientos que llevamos, originando así nuevas perspectivas. Esto demuestra que romper a propósito nuestra rutina cognitiva, es decir, la rutina de tareas, actividades y pensamientos, nos ayuda inmediatamente a cambiar de perspectiva y generar buenas ideas. 

Quiebra tu rutina:

  •   Escucha música
  •   Riega las matas
  •   Lava los platos
  •   Ve al baño
  •   Arregla tu cuarto
  •   Camina al parque
  •   Báñate

  

LOS MEJORES ESCENARIOS PARA LAS IDEAS
En un estudio hecho en 2019 por Jonathan Schooler (profesor de ciencias psicológicas y cerebrales en la Universidad de California), se le pidió a 98 escritores profesionales y 87 físicos registrar su idea más creativa cada día, así como lo que estaban haciendo y pensando cuando se les ocurrió. Aunque la mayoría de las ideas surgieron en el trabajo, el 20% de sus ideas más significativas surgieron mientras hacían algo más, como lavar platos o ducharse. Las ideas que tuvieron fuera de sus trabajos fueron autoevaluadas como igualmente creativas e importantes que las que tuvieron en el trabajo. Esto quiere decir que tu ducha es tan efectiva para tu trabajo cómo tu escritorio. Así de sencillo. 

Pero esos pensamientos espontáneos en la ducha tenían otra ventaja: eran más propensos a ser experiencias “¡aja!”. Momentos ‘Eureka’.

El efecto de la ducha en la creatividad es el resultado de la divagación mental, donde tus pensamientos están en cualquier parte menos en la tarea en cuestión. Históricamente, los investigadores se han centrado en los efectos negativos de la divagación mental, que puede interrumpir el rendimiento y se ha asociado con la infelicidad. Pero resulta que la naturaleza de la divagación mental importa para la creatividad; la investigación de Schooler ha encontrado que las personas que divagan sobre algo que les interesa son más felices que cuando están enfocadas en la tarea.

“Así que, aunque la divagación mental puede ser problemática, lo que he llegado a llamar ‘divagación maravillosa’, que es una especie de divagación lúdica y curiosa, puede ser realmente útil”, ha dicho Schooler.

Sus beneficios parecen ser relativamente generalizados. Un estudio con más de 1,100 participantes informó que sus momentos de insight se producían durante la divagación mental en la ducha (30%), en tránsito (13%), o durante el ejercicio (11%). Hay un “punto dulce” en cuanto a cuán atractiva es la actividad y su impacto en el pensamiento creativo: si es muy poco atractiva, nos aburrimos; si es demasiado atractiva, nos roba el espacio para idear.

Por eso es que un estudio halló que tener pensamientos espontáneos y fluidos durante una actividad moderadamente atractiva, pero no aburrida, impulsaba la creatividad. A más de 300 estudiantes universitarios se les pidió que, en 90 segundos, idearan tantos usos novedosos como fuera posible para objetos ordinarios como un ladrillo o un clip de papel. Esto se conoce como una tarea de usos alternativos, que evalúa la creatividad. Luego, los estudiantes vieron un video aburrido de dos hombres colgando la ropa o un clip (video) más interesante de la famosa escena de la delicatessen de “Cuando Harry conoció a Sally”. Estas actividades dieron tiempo para que las ideas de los estudiantes incubaran y para que sus mentes divagaran.

Cuando se volvió a evaluar a los estudiantes, su divagación mental condujo a ideas más creativas, pero sólo en los estudiantes que vieron la escena de la delicatessen moderadamente interesante.

Es así como una actividad como tomar una ducha o dar un paseo, o ver un video romántico, “roba parte de tu atención influyendo en tus pensamientos, pero no roba toda tu atención como para inhibir todos tus pensamientos asociados a las ideas creativas que estás incubando en segundo plano”, como lo indica Zachary Irving, el profesor de la Universidad de Virginia, autor del estudio mencionado.

Es así como la clave es que la actividad dure lo suficiente como para brindarnos la oportunidad de entrar en un modo de pensamiento diferente al que normalmente nos sentimos culpables de abandonar, pero que nos relaje lo suficiente como para no intentar ser productivos o alcanzar algún objetivo. Con las actividades habituales en las que participamos con cierta regularidad, no nos sentimos culpables por dejar que nuestras mentes divaguen (ir al baño, tomar agua, o escuchar música, por ejemplo), y es con ellas con las que la mente puede llegar a nuevos lugares.

Así que no tengas miedo de desconectarte y dedicar tiempo al divague mental y a la reflexión de manera regular. Con tantas redes sociales, celulares, computadores, pantallas… nos cuesta reflexionar y divagar dentro de nuestra mente. Pero la creatividad te lo pide. Darle a tu mente la oportunidad de divagar es una inversión en tu creatividad.

 

FUENTES: