¡Neuronas para tu Finde!
Sabiduría científica para inspirar y crecer tu mente. Porque sólo cuando crece tu Mente, crece tu Empresa.
En este artículo envuelvo finalmente el tema de las decisiones difíciles que empecé la semana pasada. Y hoy te digo con el corazón que no dejes de leer hasta el final porque de verdad que es alucinante.
(No es necesario que leas el artículo anterior para comprender este. Simplemente, son complementarios).
Vamos entonces a los dos súper Tips.
1. UN SÚPER (Y SENCILLÍSIMO) TRUCO PARA TOMAR MEJORES DECISIONES
Pausa todo lo que estés haciendo, levántate y párate derecho. Sí, ese es el truco. De hecho, párate derecho, sacando pecho y echando los hombros un poco hacia atrás. Esa es la posición del valiente, del que está dispuesto a afrontar y lograr lo que sea. Eso asegura Debreon Davis, una educadora que ha descubierto que cuando nos paramos derecho se desencadenan varios eventos fisioneurológicos que benefician la toma de decisiones:
A. El peso en la columna vertebral y en los músculos de la espalda, se reduce.
B. Respiras mejor, más profundamente, desde el diafragma.
C. Se oxigena el cerebro haciendo que funcione mejor.
D. Alcanzas un mejor estado de ánimo.
E. Ganas autoconfianza porque, como es sabido, nuestras posturas definen nuestra actitud. Si te achiquitas, pensarás chiquito, si te agrandas, pensarás grande. “La corbata endereza,” decía mi abuelo sin saber que años después la neurociencia y la lingüística lo probarían.
F. Inconscientemente te sientes en una posición de dominio sobre tus emociones, reduciendo la probabilidad de tomar decisiones impulsivas y emocionales.
G. Te reduce drásticamente la probabilidad de tomar decisiones instintivas de ‘huida’ o ‘pelea’ que son propias de nuestro cerebro primitivo o reptil, porque la respiración profunda desde el diafragma y los demás efectos comentados, activan el lóbulo prefrontal del cerebro, permitiendo que razones mejor debido a que, justamente, esa es la zona cerebral que gobierna la toma de decisiones.
Me parece genial el tip. Yo, que alguna vez en mi vida estuve en la vida militar, puedo dar fe que funciona y es cierto. Una de las grandes exigencias en la formación militar es pararse “firme”, lo que te ubica en un estado psicológico de confianza, valentía y determinación. Y precisamente son esos los ingredientes que necesitas para tomar decisiones difíciles.
De manera que nunca tomes decisiones arrugado en una silla frente a tu computador, aplastando tu diafragma y aguantando la respiración. Es la receta para una decisión pobre y equivocada.
2. SI EN UNA DECISIÓN DIFÍCIL NO HAY OPCIÓN CORRECTA O INCORRECTA, ¿ENTONCES QUÉ DEBEMOS HACER?
Piensa en el ejemplo que di en el artículo anterior:
- Si eres un freelancer diseñador de páginas web… ¿será mejor vivir en Medellín o Guadalajara?
- O, por ejemplo, ¿será mejor mantenerte en tu lucrativo trabajo, o renunciar a él para montar el negocio que tienes en mente?
Son dos ejemplos de dos decisiones tan difíciles que, objetivamente, no tienen opciones correctas e incorrectas. Lo que nos dice Ruth Chang, una doctora en filosofía que se dedica a estudiar las decisiones difíciles, es que en una elección sencilla hay una alternativa que es mejor que la otra. Pero en una elección difícil, una alternativa es mejor en ciertos aspectos, mientras que la otra alternativa es mejor en otros; pero a nivel general, una no es mejor que la otra. Sin embargo, ese hecho es antinatural para nosotros porque fuimos educados pensando que siempre debe y puede haber una mejor opción. La educación nos implanta la tendencia a ponderar variables y a evaluar matemáticamente las situaciones buscando desesperadamente la forma de sortearlas objetivamente. Pero eso es posible cuando tienes suficientes datos, como suele ocurrir en varias de las decisiones empresariales. O si debes decidir entre comprar un auto o una casa. Pero cuando debes decidir entre viajar por el mundo conociendo culturas o hacer una especialización, o entre escribir un libro o dedicarte a conseguir clientes… la decisión correcta no puede salir de un algoritmo.
NO Todo Es Medible
Chang explica que solemos pensar que todo es medible. Creemos que muchos de los conceptos que componen las decisiones tienen implícitamente una unidad de medida, como si pudiéramos “pesarlas” o medir su “longitud”. Pero al amor, al arte, a la justicia, a la belleza, a la armonía, no se les puede medir.
Tendemos a pensar que siempre hay 3 alternativas cuando confluyen dos decisiones posibles:
A. La opción A es mejor
B. La opción B es mejor
C. Las dos son igual de buenas/malas
Pero con los conceptos de valor esas tres alternativas no funcionan, y a nuestro cerebro le cuesta trabajo comprenderlo. En la encrucijada de si vas a Guadalajara o a Medellín, se conjugan tantos conceptos de valor no cuantificables (oportunidades laborales, familia, amigos, distancia, conexión del ambiente de la ciudad con tus intereses… y cien o mil más) que, aunque pertenecen al mismo ‘tipo’, tienen componentes tan diferentes y están interconectadas con tantas posibilidades distintas, que sencillamente cualquier cosa puede pasar mientras las vives. Su resultado final se acerca más a lo aleatorio que a lo predecible.
Si No Hay Una Mejor Opción, ¿Entonces Qué Demonios Debemos Hacer:
Aquí va rematando Chang con sus perlas de cierre:
Imagina un mundo donde todas las decisiones pueden medirse para determinar, razonablemente, cuál es mejor. Piénsalo por un momento. Lo que pasaría es que nuestras vidas se esclavizarían a lo racional-correcto. Ya sabrías que debes vestirte un día de negro, otro de azul, que te debes casar obviamente con Juan Carlos, que debes desayunar manzanas hoy y almorzar ensalada de pescado mañana, que debes escribir un libro este mes y en el siguiente debes viajar a Buenos Aires… y así se te pasaría la vida haciendo lo que es objetivamente correcto.
Pero afortunadamente la vida no es así. Después de tomar una decisión difícil, ésta no nos cuenta si va resultando buena o mala; no, está muda y, por tanto, la calificación de su conveniencia es exclusivamente una interpretación nuestra. Y esa es la razón por la cual el grandioso poder de tomar decisiones difíciles está en ti; está en que tú mismo(a) construyas las razones por las cuales una de las opciones es la que más te conviene. Está en ti en que te decidas por una de ellas apilándole las razones por las cuales se ajusta más a tu momento de vida y a tus deseos. Porque tienes la hermosa oportunidad de utilizar las decisiones difíciles como el lienzo sobre el cual puedes pintar tu obra de vida; el lienzo en el que puedes dibujar lo que decidas ser y hacer con tu vida sin que vivas sujeto al dictado autómata de un algoritmo o una unidad de medida que, en el fondo, buscas para darte tranquilidad. Por ello es que, al tomar decisiones difíciles, de cierta manera lo que estás haciendo es convirtiéndote en el autor de tu propia vida. ¡Mira qué belleza afortunada!
De modo que, recuerda: cuando te enfrentes a situaciones difíciles, no debes ponerte a buscar razones externas que te guíen hacia la mejor decisión ya que no hay una opción mejor que otra. Tampoco debes estresarte por la agonía de tener que decidir ante semejantes montañas amorfas e incomprensibles. No. En su lugar, debes estar agradecido de la bella oportunidad que te la vida de poder configurártela tú mismo. Y con ello, entonces busca en tu interior las razones por las cuales te inclinas hacia una de las opciones, y apílaselas una a una sobre sus hombros. Cuando pase el tiempo y te eches para atrás, verás tu obra en perspectiva, y sentirás la dulce satisfacción de haber pintado el cuadro de tu propia vida.
(Te insto a leer el artículo anterior porque ahí explico cómo desarrollar nuestro músculo emocional para tomar mejor este tipo de decisiones no tan racionales).
¿Que Le Pasa A Quienes Se Empecinan En Buscar La Mejor Opción?
Esas personas son inseguras, almas vagabundas que no viven su propia vida sino la que los demás y otros factores externos les dictan o sugieren. Dependen de los mecanismos de castigo y recompensa, de los dedos arriba y los dedos abajo, de las críticas y las felicitaciones, pero también del miedo y de qué tan fácil es una opción frente a otra. Deambulan por el mundo subordinados al viento que sople, como autómatas descerebrados. Sin darse cuenta se están perdiendo la linda oportunidad que nos da la vida de crearla y vivirla; de tener agencia sobre ella. Hasta que se dan cuenta, tal vez tarde.
¡Con toda y buen finde!
FUENTE:
1. Chang, Ruth; How to make hard choices; TEDSalon NY2014. https://www.ted.com/talks/ruth_chang_how_to_make_hard_choices
2. Davis, Debreon; One Simple Trick for Making Hard Decisions | TEDxOklahomaCity 2022. https://www.youtube.com/watch?v=MDKAzU7CmaA