Descubre cómo el manejo emocional es la clave oculta para hacer crecer tus ventas, tu empresa… y hasta tu vida personal. Y conoce la evidencia científica que lo respalda, aplicada directamente a tus equipos de trabajo.
Primero pensé que eran caminos distintos.
Nunca imaginé que fuera un mapa oculto.
Hasta que empecé a conectar los puntos hacia atrás. Sin darme cuenta.
Y recordé la frase de Steve Jobs:
“No puedes unir los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos, de algún modo, se conectarán en tu futuro. Para eso debes confiar en algo: tus agallas, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque no me ha traicionado nunca, e hizo toda la diferencia en mi vida.”
Fue hace unas semanas, cuando me puse a pensar en eso, en lo que ahora suena obvio; porque el retrovisor siempre te insulta haciéndote ver como bobo.
Por eso hoy escribo acerca del Trébol de las Emociones para el Crecimiento. El nuevo gran modelo del crecimiento integral; para empresas y personas.
Un escrito especial porque es una especie de resumen de lo que vengo escribiendo desde hace muchísimos años.
CÓMO COMENZÓ TODO
Desde mis inicios, obsesionado con entender el inconsciente humano y las emociones, comprendí que este era determinante para descubrir las razones más poderosas por las cuales los clientes compran lo que compran, y por las cuales dejan de comprar lo que dicen que van a comprar.
BX
Más tarde descubrí que la fuerza de las marcas reside absolutamente en el inconsciente, y que las emociones determinan en gran medida la escogencia que hacemos de una marca u otra.
CX
Más adelante entendí que la experiencia del cliente está determinada por una interpretación afectiva y emocional que los humanos hacemos de las experiencias. Pero después, gracias a nuestras investigaciones y también a hallazgos realizados por otros científicos, entendí que esa percepción de marca de la que hablé antes —inconsciente y emocional— determina en gran medida la interpretación afectiva que se realiza después de vivir una experiencia. Es decir, el customer experience depende en gran medida del brand experience. Todo, gracias a las emociones y a la interacción de nuestro cuerpo con el cerebro (o sea, la mente).
CULTURA
Después de preguntarme por décadas de qué dependía el éxito de una empresa (casi 3), comprendí que este depende de su capacidad de ejecución: qué tan buena es ejecutando, qué tan rápida es ejecutando.
Y en ese viaje aprendí que la cultura es un componente clave para determinar esa capacidad de ejecución.
Pero, tratando de comprender las raíces que gestan la cultura, entendí que hay un elemento que yo venía estudiando, pero en otros ámbitos: con el consumidor. Y eran las emociones.
Porque luego de muchas investigaciones pude establecer que los equipos que mejor rinden y que ganan son los compuestos por integrantes que han forjado, entre ellos, la mejor conexión emocional; calidad de la cohesión. Pero ojo, no nos engañemos: la mejor conexión emocional no se forja solo a punta de sonrisas, abrazos y trato amoroso. No. Se forja también llegando a los límites, exigiéndose al máximo, viviendo el rico estrés (eustrés) del alto desempeño para conseguir lo imposible.
EL ÉXITO PERSONAL Y PROFESIONAL
Pero fue el último descubrimiento el que puso la última hoja del trébol. Y lo hizo mientras trataba de encontrar la clave del éxito de los empresarios emprendedores. En eso entendí que ese éxito, esa clave, reside en la mente. ¡Vaya sorpresa! Claro, el retrovisor me hace quedar mal, pero en su momento no lo veía todo conectado. No estaba yo, al menos conscientemente, tratando de aplicar todo lo que sabía en este nuevo campo ajeno al consumidor o los equipos.
Así que de tanto analizar y estudiar acerca del alto desempeño, concluí que el éxito individual no reside en la estrategia, en el equipo, en la fuerza comercial, en el producto o en la inversión. Reside en la capacidad de gestionar nuestras emociones y en la correcta configuración mental que tengamos frente al trabajo y a la vida profesional. Porque el reto de hacer empresa es más un reto emocional que técnico.
Todo ello es la razón por la cual hoy te presento el Trébol de las Emociones para Crecimiento; para el alto rendimiento de las compañías. Es un trébol de cuatro hojas, un trébol de la suerte, porque considero un acto de suerte haber comprendido que la gestión emocional es la que mueve nuestro mundo —empresarial y personal—. Pero además porque quien se lo apropie para su vida y empresa atraerá inevitablemente pura suerte. Quien lo comprenda, quien lo acepte y quien lo utilice a su favor, será quien gane.
No es un modelo romántico (porque eso se podría pensar cuando se habla de las emociones). No. Tiene suficiente fundamento empírico serio. Ya semana a semana y durante los últimos años me he dedicado a demostrarlo:
- A nivel de consumidor
- En el brand experience
- En el consumer experience
- A nivel de equipos y cultura
- Y, desde hace más de dos años, a nivel personal por medio de mi newsletter The Winning Brain
Hoy, como cereza del pastel, te traigo evidencia científica (resumida) de por qué la gestión de las emociones conecta a los equipos, los adhiere como engranajes acoplados, capaces de mover con todas las fuerzas posibles cualquier iniciativa. Como un gran polipasto.
CÓMO LA GESTIÓN EMOCIONAL ES LA MAYOR FUERZA DE LOS EQUIPOS
La evidencia es vasta, pero no se conocen lo suficiente y hasta se ignoran, porque las acciones suelen ser traducidas en políticas y tácticas de impacto racional y funcional, tanto dentro de las empresas como fuera de ellas.
- Gran estudio de TalentSmart:
Esta consultora del desempeño evaluó la inteligencia emocional en más de un millón de personas, y encontró una correlación directa con el éxito laboral.
Clave: El 90% de los empleados de alto rendimiento poseen un alto nivel de gestión emocional. Además, encontró que la IE (inteligencia emocional) es el factor que más predice el éxito en el trabajo, representando el 58% del éxito en el desempeño laboral en todos los tipos de trabajos.
¿Por qué? Pues porque los equipos con miembros de alta IE son más capaces de resolver conflictos, comunicarse de manera efectiva y construir relaciones de confianza, lo que se traduce en un mejor desempeño colectivo.
- Investigación de la Harvard Business Review sobre Equipos de Alto Rendimiento:
Concluyó que el 58% del éxito en el desempeño laboral está relacionado con competencias emocionales, destacando la importancia de la IE en la colaboración y la productividad.
Clave: En empresas que fomentan un ambiente laboral basado en la empatía y la inteligencia emocional, se ha reportado un aumento del 20% en la productividad.
¿Por qué? La conexión emocional y el ambiente positivo reducen el estrés y la frustración, permitiendo a los miembros del equipo centrarse en la tarea y colaborar sin fricciones. Esto se alinea con la idea de que las emociones positivas, como la alegría y el entusiasmo, aumentan la cohesión y la eficiencia.
- Estudio SAP: el Impacto del Bienestar Emocional en el Compromiso y la Retención:
Demostró que invertir en la salud mental y emocional de los empleados tiene beneficios tangibles.
Clave: Tras implementar un programa de bienestar integral que incluía asesoramiento emocional, la compañía experimentó un aumento del 10% en la retención de talento y una mejora significativa en la satisfacción laboral.
El Caso del Grupo Bimbo y la Productividad:
Un estudio de la firma Vorecol muestra cómo el Grupo Bimbo, al establecer programas de formación en inteligencia emocional y espacios de comunicación abierta, mejoró la productividad en un 15% en la productividad después de fomentar una cultura de empatía y comunicación abierta.- El Mundo Deportivo: Cohesión y Psicología de Equipo:
En el deporte, la evidencia es aún más visible. La conexión emocional entre los atletas y su disposición psicológica son cruciales, especialmente en deportes de equipo (como es el caso de las empresas).
- Un estudio publicado en la Revista de Psicología Aplicada al Deporte y el Ejercicio Físico encontró una correlación significativa entre la gestión emocional, la motivación y el rendimiento deportivo.
El estudio con jugadoras de baloncesto encontró una correlación significativa entre la gestión emocional y la capacidad de manejar los efectos negativos de las emociones, con un r2 =75.7%, indicando que los jugadores con un mayor coeficiente de gestión emocional (CE) sufrieron un menor impacto negativo de sus emociones en su rendimiento. Ese número es gigante.
- La investigación en el fútbol ha mostrado que la cohesión del equipo, que tiene un componente emocional fuerte, es un predictor del éxito. La cohesión no solo se refiere a llevarse bien, sino a la capacidad de los jugadores para trabajar juntos hacia un objetivo común.
Los equipos con una alta cohesión tienen una mayor probabilidad de recuperarse después de un gol en contra y de mantener la concentración en momentos críticos. Un análisis más profundo muestra que este tipo de equipos tiene una tasa de pases exitosos un 10-15% superior en los últimos 15 minutos de un partido ajustado. O sea, ganan con mayor probabilidad.
- Otro estudio, publicado en el Journal of Sports Sciences, mostró que los atletas que experimentan emociones positivas antes y durante la competición, tienen, en promedio, una mejora del 7-12% en su rendimiento técnico (por ejemplo, en la precisión de los pases o la efectividad de los lanzamientos) en comparación con aquellos que se sienten ansiosos o frustrados.
Así reducen la hormona del estrés (cortisol) y aumentan la energía, lo que permite a los atletas rendir al máximo de sus capacidades físicas y mentales.
Una muestra más de la magia que son las emociones. Tu trébol de la suerte.
Si quieres conocer más, escríbeme a gerardo@criterium.com.co